Porsche 997.1 Carrera S manual, un coche que hace Escuela
Varias han sido las ocasiones en las que hemos comentado que el 911 tipo 997 primera generación fue, para muchos, el 911 de la era moderna más querido por los porschistas y el más parecido al 911 Aircooled en términos de sensación y comportamiento. En este reportaje, fuimos al encuentro de cuatro unidades 997.1 Carrera S, las cuatro equipadas con una caja de cambios manual de 6 velocidades. Sus propietarios tienen mucha experiencia al volante, pues todos ellos son monitores integrantes del equipo de la Escuela Española de Pilotos, y todos ellos han coincidido en elegir al 997.1 Carrera S para vivir su pasión por Porsche.
Ésta es la historia del Carrera S y Javier, Carlos, Victor y Angel
Todos los entusiastas de la marca estarán de acuerdo en que sus primeros recuerdos de un Porsche se remontan a su infancia, a menudo a una muy temprana edad, en la que comenzamos a discernir entre lo bueno y lo malo, lo bello y lo feo. A veces sucede que es uno de nuestros seres queridos de nuestro entorno quien nos transmite su pasión en forma de palabras sobre las formas, sensaciones y sentimientos, invitándonos a vivir esa sensación de bienestar y libertad años más tarde. Tal es el caso de Javier y Carlos, cuya herencia genética vino acompañada del entusiasmo Porsche que vivieron sus progenitores:
Javier nos cuenta que su pasión por los Porsche “empezó cuando mi padre compró en 1985 un 911 SC. Desde que lo vi, mi habitación se llenó de posters de Porsche, especialmente del 959. Me atrajo su diseño 911 clásico y sus formas sexys”.
En el caso de Carlos, la transmisión de tal entusiasmo también le vino del entorno familiar: “ Mi padre era un gran aficionado a la marca y supo transmitirme su fervor por los coches y en especial, por los 911.” Añade que: “me atrae su historial de éxitos en competición. Para mí, son los coches que mejor hechos están, te permiten combinar un uso deportivo extremo (circuito, rutas, drifting, top speed, etc.) con el uso diario con la mejor fiabilidad. Además, son coches donde prima la efectividad, que te divierten, envejecen muy bien y nunca te cansas de ellos.”
En el caso de Víctor y Ángel, su adquirieron el entusiasmo por ellos mismos.
Victor se acuerda muy bien que ya en el colegio, llevaba la carpeta forrada con fotos de 911 de carreras, modelo que monopolizaba todo su mundo: cuando jugaba a la videoconsola, el 911 siempre era el coche que elegía; compraba las revistas de coches que ilustraban sus portadas con un 911; su colección de coches en miniatura escala 1.18 tenía varios modelos de 911, especialmente los de carreras. El ADN de competición de los Porsche es lo que más le atrae y cree que no se puede disociar la marca de la competición. Victor cumplió uno de sus sueños más anhelados cuando por fin pudo asistir a la “Rennsport Reunion”, la mayor reunión de Porsche de carreras en el circuito de Laguna Seca (USA).
Ángel por su parte, se enamoró de los 911 cuando allá por los años 80 vio en una revista une 911 Turbo negro. A partir de ese momento se propuso firmemente tener uno. “En casi todas las carreras compite uno o varios Porsche, es posiblemente la marca de coches que más está vinculado a las competiciones automovilísticas. Además, aunque haya ido evolucionando con el tiempo, sigue teniendo al 911 como su referente desde hace más de 55 años. Un coche que mantiene un diseño y un estilo que no pasan de moda.
La elección de un mismo modelo, el 997.1 Carrera S manual
Obviamente, no te apasionas por los Porsche por casualidad, hay motivos sobrados para ello, pero curiosamente, nuestros cuatro protagonistas eligieron un mismo modelo… ¿Casualidad?, ¿por qué elegir un 997.1 Carrera S? Cada uno de ellos ha tenido sus motivaciones, distintas todas ellas, aunque con idéntico resultado: el 997.1 Carrera S.
Veamos cuáles fueron sus razones:
Javier – “ Para empezar, por precio. Hubiese preferido un GT3, pero mi presupuesto contemplaba que en primer lugar que fuera un modelo manual, y en segundo, porque el 997 me parece el 911 más bonito (y el último pre-VW) no sin precisar que hubiera preferido una unidad de coloro rojo, pero hay muy pocas”.
Carlos ya era propietario de un Porsche antes de adquirir el 997: “tengo también un 968 Coupé, que compré usado en el año 2000, al que ya le he hecho 283.000 km y del que no soy capaz de desprenderme. El 911 era para mí una asignatura pendiente, tenía muchas ganas de tener uno y el 997 es el modelo que, por precio, he podido permitirme”.
Para Victor, el 997 es hoy su único Porsche : “Lo tiene todo; un diseño atemporal con unas curvas que enamoran, un motor 6 cilindros 3.8 litros atmosférico y con tracción trasera; es capaz de hacer el 0 a 100km/h ¡en menos de 5seg! ¿Qué más se puede pedir?, ¡¡…que sea manual!!
Angel apunta que, en su caso : “ El 997 es mi primer Porsche. Creo que es el más bonito de todos (salvo el 911 Turbo). Además, es un modelo muy polivalente pues lo puedes meter al circuito, puedes darte un paseo por carreteras de montaña, o lo puedes usar en la ciudad como coche de diario. Además, éste es el último modelo fabricado por Porsche antes de haber sido comprados por el grupo VW. Para mí, es como el último Porsche pata negra, sin desmerecer a los nuevos modelos que también son muy buenos y mantienen la esencia del 911.”
La búsqueda de la unidad perfecta
Aunque el 997.1 es una de las generaciones más vendidas de 911, la búsqueda de una unidad podría tomarnos más o menos tiempo en función de nuestros gustos y requisitos, y aunque parece que no fue el azar el que hizo que nuestros cuatro pilotos se decantaran por una versión S con caja de cambios manual, ¿les resultó fácil encontrarla?
Cuando Javier decidió ir a por la suya, le fue relativamente fácil encontrarla. La localizó en Julià 911 en Barcelona. No dudó en confiar en este especialista tras tiempo buscando en el mercado y encontrar “malas” unidades. Su unidad cumplía con todos sus requisitos, especialmente al tratarse de una unidad manual. Está muy satisfecho de la compra de su 997 cuyo anuncio le hizo intuir enseguida que ese sería su coche. No obstante, lamenta no tener el historial completo: “es una pequeña decepción porque me gusta saber las cosas, aunque lo suplí con una buena revisión a fondo”.
Carlos por su parte no hizo una búsqueda activa; como nos comentó, tenía ya un 968 del que no quería desprenderse a pesar de tener muchas ansias por un 997. Casi de rebote, vio la que sería su unidad a la venta y desde el primer momento, supo que sería perfecta para él. Recuerda que le llegó la información por internet y estuvo toda esa noche sin dormir. Tenía claro que, por características, color y equipamiento, era la unidad que siempre había soñado: “tenía muy pocos kilómetros, paquete Sport Chrono, techo eléctrico y discos cerámicos… además, era de color rojo… mi preferido”. Su 997 fue inicialmente matriculado en Alemania y con muy pocos kilómetros, llegó a España. Su propietario, de Alicante, lo puso a la venta en el momento en que se fue a vivir al extranjero, momento en el que Carlos se hizo con él.
Antes de decidirse por la compra de su 997, Victor quiso esperar tener cierta independencia económica. Desde que tuvo uso de razón, siempre quiso tener su 911 y esa fue una de sus prioridades desde entonces. Cuando encontró la unidad que ilustra estas páginas, fue a por ella: “De adolescente era tan solo un sueño, aunque a menudo los sueños pueden hacerse realidad…”La unidad decisiva para Victor apareció tras dos años de búsqueda. “Buscaba un 997 Carrea S que fuera nacional, cambio manual y dentro de mi presupuesto…. ¡¡Misión casi imposible!!
Con esas premisas, miraba todos los días en internet hasta que surgió el coche perfecto. El único “pero” es que estaba en Mallorca y yo soy de Madrid. “¿¿Problema?? ¡Ninguno!: Llamé al propietario al segundo y cogí un vuelo hacia Palma de Mallorca el día siguiente. Según aterricé, me estaba esperando y nos fuimos de ruta por la isla. El interior no estaba en prefectas condiciones. También tenía algún raspón en la carrocería sin importancia. Terminamos en Centro Porsche haciéndole la revisión de los 111 puntos. Revisé las tolerancias de revoluciones tenía marcadas y las horas de motor. Todo correcto. Pedí informe de tráfico, comprobé que estaba libre de cargas y decidí que sería su tercer dueño.
Negocié con el propietario que me diera partes para pintar el coche entero y… lo reservé al instante. ¡No me lo podía creer, tenía el coche de mis sueños! Volví a Madrid y preparé el viaje para recogerlo la semana siguiente. Después tocó la negociación más difícil de todas: convencer a la familia… ¡Pero eso es otra historia, aunque da para un libro entero!. Tras cumplir mi misión, lo fui restaurando poco a poco. Le puse los cinturones rojos a juego con las pinzas de freno, y también cambié el volante por un Sport Design que me tenía loco. Me gustó que tuviera el extra del escape deportivo y la combinación de negro-negro”.
La historia de Angel es algo distinta: “Hace 10 meses empecé a interesarme por un 944 “abandonado” en el garaje de un amigo.
Al no conseguir contactar con el dueño, pensé: si llegó es el momento de comprar el coche de mis sueños, este tiene que ser un 911. Por motivos de presupuesto, inicialmente pensé en un 996. Vi algunos que no estaban mal, pero no terminaban de llenarme. Así que mientras proseguía mi búsqueda, vi en internet el anuncio de un 997 Carrera S que me desbordó de alegría y creo que así lo notó el vendedor cuando fui a ver el coche.
Sabía que ese era el coche que quería tener en mi garaje.” La unidad de Angel fue inicialmente adquirida en un concesionario oficial. Su primer propietario lo disfrutó en Murcia durante doce años antes de vendérselo a un empresario madrileño quien lo retuvo en su propiedad durante otros cinco años a modo de coche de ocio. Cuando lo vio anunciado en la web, lo tuvo claro.
El modelo, estado del coche y el trato que le habían dado fueron merecedores de su atención: “Inicialmente, tenía en mente un 911 negro o rojo, pero cuando lo vi en azul, me pareció un color magnífico para la línea del coche. Además, cumplía con mis requisitos pues debía ser un Carrera S, y además manual. La verdad, ha sido una suerte poder conseguir esta unidad en tan buen estado”.
Un nuevo miembro de la familia
Por sus características y “personalidad”, un Porsche viene a ocupar un lugar preferente en el seno familiar y suele tener una buena acogida, aunque a veces, la aceptación que recibe no es ni tan inmediata como nos gustaría, ni responde a lo que esperamos por parte del resto de los integrantes del clan familiar. Veamos cómo vivieron la irrupción de su Porsche en sus vidas nuestros amigos:
Javier nos cuenta que fue su mujer quien le animó a dar el paso: “Estaba pasando por un mal momento personal, y fue mi mujer quien me dijo, “siempre has querido un 911, ¿no?”, pues ahora es el momento de darte una alegría!”, y así lo hice. Ella es ahora la mayor defensora del coche.” En el entorno de Carlos, de todos es conocido que no es sangre sino gasolina lo que corre en sus venas. No tuvo necesidad de dar muchas explicaciones pues todos sabían lo inmensamente feliz que lo haría.
Victor sin embargo lo tuvo un poco más difícil: “En ocasiones, los familiares no entienden nuestro entusiasmo y nos sueltan reflexiones de tipo: ¿Para qué quieres otro coche si no lo necesitamos?, ¡pero si no tiene maletero!, o, ¡en las plazas traseras no cabe nadie! No entienden de que se trata de una incoherencia maravillosa”.
Para Ángel, las cosas fueron más fáciles: “Toda mi gente está encantada, saben que es un sueño que tenía pendiente desde pequeño y que finalmente, he podido hacerlo realidad. Cuando se enteraron de que me lo había comprado, me hicieron mil fiestas y todos quisieron que les diera una vuelta.”
Los primeros momentos con el 997.1 Carrera S
Seguro que nuestros protagonistas recordarán para siempre el momento de la llegada del nuevo miembro a la familia como tampoco podrán olvidar los primeros momentos en su Porsche, volante en mano. ¿Cómo fueron esas primeras horas y las sensaciones al haber materializado sus deseos?
Javier fue a Barcelona a por él y aprovechó con su mujer para pasar un fin de semana romántico en la Ciudad Condal. “Me temblaban las manos cuando salimos de Barcelona con mi primer 911”. Su primer viaje fue el de regreso a Madrid, y una vez en casa, se dedicó a ir a ¡todos sitios posibles! Una vez en su garaje, se sentó y lo estuvo contemplando un buen rato.
Carlos, ya conocía y había probado muchas veces el 997 así que no fue ninguna sorpresa: “me gusta especialmente todo lo que transmite y hace sentir al conductor, desde su comportamiento, el tacto de los mandos, su sonido,…. En mi primera hora como propietario, no hice nada especial con él, tan solo lo llevé a hacerle algunas comprobaciones para verificar que estaba todo correcto.”
En cambio, para Victor, sentarse, meter la llave en el lado correcto y arrancarlo fue toda una experiencia de indescriptibles sensaciones: “Me sentía muy muy contento. El primer viaje fue el ferry de Palma a Valencia y de Valencia a Madrid. Cuando llegué, lo primero que hice fue irme de ruta por Gredos”.
Angel, sigue encandilado con su 997. “Después de 6 meses, sigo bajando al garaje para admirarlo; aunque parezca de locos, tuve una conversación con el coche, me declaré y le juré amor eterno. También me acordé de mi madre que siempre supo de mi devoción por los 911 y se lo agradecí, allá donde esté, porque ella siempre me apoyó para que, en algún momento, me comprara uno”.
Un sueño hecho realidad
Hacer realidad uno de tus sueños produce una sensación indescriptible que puede durar días, semanas, e incluso meses; vivirla además en un Porsche, y con pasión, te llena de satisfacción e indudablemente, te conduce a vivir experiencias nuevas y a experimentar situaciones que alguna que otra vez pueden quedarse en lo anecdótico…
Javier compró su 911 en la ocasión de su 40 cumpleaños…todo un clásico. Un día, encontró los papeles del primer 911 de su padre que compró, curiosamente, el mismo día 30 años atrás…
Carlos hizo un viaje con su 997 a Nürburgring por carretera para rodar con él en el Nördschleife. Después de dar allí más de 15 vueltas a buen ritmo, el coche estaba entero y como si nada. Tenía solo el desgaste normal de frenos y neumáticos…
Victor tiene una anécdota que según él no puede salir publicada en una revista y que explica la manera cómo su mujer se enteró de la compra de su 997… ¡le costó una semana durmiendo en el sofá!
En cuanto a Ángel, nos cuenta: “durante la búsqueda, tenía mareado a mi amigo Javier Morcillo a quien todos los días le mandaba los detalles de los coches para que me dijera que le parecía. Cuando vi el que iba a ser mi 911 no le dije nada. Le pedí a Carlos Arimón que me acompañara a verlo para confirmar que estaba en buen estado. No le dije nada a Javier y un día, aparecí con el coche en su casa. ¡No podía creérselo!
Felices kilómetros con el 997.1 Carrera S
Nuestros amigos pilotos, por su profesión, ruedan a diario con todo tipo de vehículos pero como habréis podido intuir, ninguno de ellos se arrepiente de haber comprado su 911 y a pesar de ello y de disfrutar con ellos de innumerables momentos, siguen soñando y anhelando tener otros modelos Porsche: “Algunos modelos me quitan el sueño: el 959 y siendo algo más realistas, el 930 o el 965. Son coches de locura, verdaderas esculturas”, nos explica Javier. A Carlos, es el 911 GT2 RS quien le mantiene en velo, aunque no sabe si será capaz de ahorrar lo suficiente como para comprarlo. A Victor le encantaría ser propietario de un GT3 Cup para rodar, competir y entrenar en los track days. Ángel, sigue soñando con el 911 Turbo negro que vio en una revista hace 40 años…aunque le gustaría también un GT3 para participar a Trackdays.
A los cuatro les deseamos que puedan seguir cumpliendo sus sueños, y que podamos reunirnos de nuevo para presentaros la segunda parte de sus aventuras. Mientras tanto, les pedimos tan sólo que disfruten de todo el carácter de sus 997.
Agradecimientos especiales a Javier, Carlos, Victor y Angel, por su disponibilidad, y a Alberto, por ilustrar este artículo con sus fotos.
Texto: 9ONCE Plus
Fotos: Alberto Costell