¿Conducción asistida?
Las ayudas electrónicas son todos aquellos sistemas que tienen nuestros coches instalados para ayudarnos a conducir, que actúan por su cuenta y que, en caso que se den unas condiciones determinadas, pueden llegar a tomar el control de algún elemento del coche por unos instantes. Es un tema muy comentado entre porschistas, y que genera gran cantidad de opiniones.
Las ayudas electrónicas más habituales en los coches modernos son el ABS, el control de tracción y el control de estabilidad; pero algunas marcas van más allá, ofreciendo suspensiones activas, aceleradores inteligentes (que ejercen de control de tracción) y cajas de cambios muy elaboradas semi-automáticas.
Por nuestra parte, vamos a centrarnos en los elementos más comunes y polémicos entre los puristas:
El ABS
Éste es el más típico. Prácticamente todos los coches modernos lo llevan, y como todos sabemos, sirve para que no se bloqueen las ruedas en caso de una frenada brusca, permitiéndonos mantener el control de la dirección en todo momento. Cuanto mejor es el ABS, menos intrusivo es y menos lo notaremos. Los vehículos de competición Porsche de última generación cuentan con ABS, y es muy permisivo, facilitando la conducción y optimizando el rendimiento de los mismos. Un bloqueo de las ruedas, en una apurada de frenada, produce un plano en ellas, lo que puede ser fatal en una carrera, obligando a parar en boxes. El ABS es una de las ayudas más preciadas por los pilotos. Es muy recomendable en circuito, ya que no resta diversión y aporta un extra de seguridad cuidando al mismo tiempo nuestros neumáticos.
El control de tracción
Su funcionamiento es, en realidad, muy sencillo. En el momento que los neumáticos pierden adherencia (es decir, que patinan por exceso de potencia aplicada para el tipo de asfalto o las condiciones meteorológicas existentes), una centralita electrónica lo detecta (comparando la velocidad de giro de las ruedas respecto a la velocidad con la que se desplaza el vehículo) y corta el suministro de potencia para que las gomas vuelven a tener tracción. En definitiva, que con el control de tracción activado, podemos acelerar a fondo que el coche no dejará patinar las ruedas. Esto implica que, por ejemplo, a la salida de una curva, no tenemos que preocuparnos por la potencia de nuestro vehículo y podremos acelerar sin miedo, ya que éste no perderá en control; pero, ¿es este sistema efectivo para conducir en circuito? Pues, en principio, no; ya que los controles de tracción de los automóviles de calle son muy intrusivos, para evitar sobre todo que aquellos de propulsión (la transmisión actúa sobre el tren trasero) “se vayan de atrás”, por lo que no aprovechan de verdad toda la potencia disponible. A parte de esto, elimina una parte muy importante y bonita de la conducción, que es precisamente el control de la potencia cuando se abre gas. No hay nada más gratificante que salir de una curva con un ligero deslizamiento controlado de la zaga. Esto no nos va a consentir un vehículo con el control de tracción activo.
En competición, el control de tracción está mucho más elaborado, permitiendo que el coche deslice un poco, pero cortando solamente la potencia justa para que éste avance lo máximo posible.
Personalmente, recomiendo a mis alumnos que comiencen en pista usando el control de tracción, para luego quitarlo y aprender a conducir sin él. A la gente sin experiencia le da mucho respeto; pero, una vez te quitas el miedo y entiendes el coche, el control de tracción sobra. Ahora, incluso los superdeportivos equipan el comentado control, lo que es una manera de salvar vidas, aunque les resta el carácter de coches para expertos; ya que, con control de tracción, cualquiera podría conducir vehículos de la talla de los Cobra, 30 Turbo, F40, etc…
Control de estabilidad
Simplificando, lo que hace es colocar el coche siempre en la dirección hacia la que queremos ir; es decir, si el coche se va de morro o de atrás, nos frenará las ruedas oportunas para devolver el coche a su trazada y a la velocidad en la que es capaz de hacerla. Este sistema es increíble e imprescindible en términos de seguridad en carretera, dónde ha salvado millones de vidas. Pero para la conducción deportiva es, lógicamente, algo no deseado; ya que toma el dominio del coche, y si el coche “se domina solo” pues… no nos queda mucho por hacer, ¿no?
Estos sistemas han contribuido a que los coches deportivos los pueda conducir rápido cualquiera, sin necesidad de saber mucho. Para los amantes de la conducción o de los coches, es una pena. Los coches son mejores, pero los conductores no necesariamente. A todos os recomiendo conducir un 911 de los 70, un Catherham, un Austin Heally 3000, o alguno por el estilo; para descubrir lo que son los coches auténticos, y no las maravillas plagadas de tecnología que nos conducen a nosotros hoy en día.
A la hora de rodar en circuito, cuando tengas algo de experiencia, te recomiendo encarecidamente que desconectes todos los controles para un disfrute máximo. Seguramente ruedes más lento, pero te aseguro que es como más se disfruta al volante; eso sí, cuando salgas de la pista, para rodar por carretera, todos activados, que nos pueden salvar la vida.
Un saludo Racing,
Javier Morcillo